Hace un tiempo, meditaba sobre todo el ruido que viene trayendo la industria publicitaria relacionada con los burnouts (agotamiento por estrés laboral) que vienen afectando a una importante cantidad de profesionales del gremio. Casualmente, recordé que tenía en mi lista de cosas por ver un documental llamado Kill Your Darlings del director Adam Broke, presentado en el festival de Cannes 2022. En el documental, se presenta a una directora creativa llamada Anuk de 26 años que inicia una introspección personal radicada en la frustración de si realmente disfruta lo que está haciendo y si vale la pena seguir en la industria creativa. Ella arranca una búsqueda entrevistándose con personalidades de la industria en Nueva York, que dejan en entredicho cómo se ha dejado de lado construir un modelo de negocio adecuado para retener el talento desde las grandes agencias, y cómo el sistema financiero tomó el primer lugar en toda la estructura del negocio publicitario.
El problema no radica solo en el modelo de agencia sino en el sistema económico según el documental; cada vez se vuelve más difícil para las agencias generar dinero, lo que a su vez dificulta que las agencias destinen esfuerzos sobre el principal eje del negocio: el talento. Pero por otro lado, se habla de que el modelo no cambiará porque para algunos pocos beneficiados el modelo funciona muy bien, y mientras eso sea así, nada cambiará para los demás.
En Colombia, no viene siendo diferente el panorama en un país con problemas sociales y económicos; la publicidad viene pasando momentos difíciles en todos los niveles. Agencias reconocidas que se fusionan por la crisis y grupos que nacen anónimos en Instagram como el conocido @publicidades marikas, donde profesionales de diferentes agencias anónimamente descargan su frustración al estilo muro de los lamentos contra directores, empresarios, ejecutivos y agencias en sí con prácticas cuestionables. Se leen historias degradantes, como que en una agencia reconocida en la fiesta de fin de año hicieron el concurso de la ejecutiva más fea, y las hicieron desfilar, o una practicante en un ejercicio creativo en otra agencia dice: "por la presión tuve que vomitar". Se leen temas como acosos laborales, egos entre equipos y negligencia laboral desmedida.
En toda mi carrera como publicista he visto a profesionales creativos crecer mucho, pero también he visto a otros frustrarse en el camino de la misma forma que Anuk; muchos salieron de la universidad con una idea romántica de la creatividad y se decepcionaron, a otros muchos también les escuché: "esto no es lo que yo creía, esto se trata de muchas cosas menos de la creatividad", o a una querida excompañera de la universidad decirme cuestionándose 15 años después: "¿por qué estudiamos eso?". Lo cierto de todo es que no estamos en nuestro mejor momento, es verdad.
Pero también está la otra cara de la moneda, les aseguro que hay vidas más allá de las agencias, hay que lograr aprender a ver otros horizontes y en verdad hay muchos; la vida se trata de perspectiva. Muchos hablamos de la creatividad como si solo existiera para las agencias; también lo está en el desarrollo y creación independiente.
La tecnología promete interacción global y masiva desde cualquier lugar; hay empresas que nacen en redes en un núcleo familiar y sin mayor conocimiento tienen éxito, productos ingeniosos que inventamos en charlas con amigos que aún no se crean y tienen posibilidad y potencial enorme. La economía colaborativa ha crecido de manera desmesurada; el mundo merece más personas creativas entregadas a construir y crear un mejor lugar para todos. Creemos que la injusticia y el error estuvo en soñar con hacer una carrera en una agencia, y seguramente nunca fue la profesión, fue el lugar en el que estamos, el que elegimos. Seguimos permitiendo que los demás nos digan si somos o no buenos en algo, y les creemos.
Esa decisión se volvió nuestra realidad automática; dejamos ponernos la venda y ahora creemos que así es como debe ser. Es momento de dejar ir, todo puede ser siempre más sencillo de lo que creemos; se trata a veces de solo hacer una introspección personal iniciar con hacer algo tan trivial pero poderoso como escribir a mano nuestras metas y objetivos en un papel, y así como Anuk, solamente dar un salto de fe, un salto de fe en nosotros mismos.
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